Padre, apenas puedo levantar mis ojos hacia ti. Es todo lo que puedo hacer para clamar por ayuda. Por favor, extiende tu gracia hacia mí en este día. Ayúdame a ver que tú estás en esto y que estás conmigo. Ayúdame a recordar que los acontecimientos de este día no te sorprenden ni te toman desprevenido.
Perdóname por mis temores acerca de este día, perdóname por cómo me he quejado y murmurado sobre lo duro que ha sido este día. Perdóname por olvidar que tú estás conmigo. Perdóname por olvidar quién soy por lo que tu Hijo, Jesucristo, ha hecho. Perdóname por no recordar las gloriosas verdades y riquezas que tengo gracias al Evangelio. Padre, escucha mi oración. Concédeme la esperanza del Evangelio en medio de este duro día. Ayúdame a aferrarme a tu gracia, tu sabiduría y tu fuerza.
Gracias Padre nuestro. Amén.