Mientras me acuesto en el sueño para volver a despertar con seguridad sólo por tu gracia, guárdame en un recuerdo alegre y vivo de que, pase lo que pase, algún día conoceré mi resurrección final -la resurrección- porque Jesucristo se acostó en la muerte por mí y resucitó para mi justificación. En su nombre te lo ruego, amén.
