Ahora, cuando me acuesto a descansar, doy gracias al Señor; mi vida ha sido bendecida. Tengo mi familia y mi hogar y la libertad, si decido vagar. Mis días están llenos de cielos azules, mis noches también están llenas de dulces sueños. No tengo motivos para rogar o suplicar.
Se me ha dado todo lo que necesito. Bajo el sutil resplandor de la luna doy gracias al Señor, para que sepa lo agradecido que estoy por mi vida en tiempos de gloria y de lucha.Los tiempos de gloria me dan esperanza, los tiempos de lucha me enseñan a sobrellevarlos. Así, soy mucho más fuerte a su vez, pero con los pies en la tierra, todavía, con mucho que aprender.
Ahora, me acuesto a descansar. Doy gracias al Señor; he superado la prueba de otro día en la tierra, agradecido por su abundante valor. Este día ha sido un sueño especial desde la mañana hasta el último rayo de luna. Sin embargo, si el próximo amanecer trae tristeza, me levantaré, agradecido por haber llegado al mañana.