Padre celestial, mi día está llegando a su fin y estoy listo para acostarme.
Me gustaría, antes de de irme a dormir, dedicarme a agradecerte tu fidelidad de hoy. Siempre es un buen día, incluso cuando las cosas no salen como las planifico, o cuando el mundo parece ser un caos porque tú tienes el control.Por todas las veces que fui consciente de tu ayuda hoy, todas las veces que tu presencia invisible parecía tan cercana, gracias, Dios. Pero por todas las formas en las que trabajaste entre bastidores, desconocidas para mí, momentos en los que los ángeles enviados por el cielo actuaron en mi favor de formas que nunca conoceré, gracias también por eso, Señor. Amén.